hambre

En esta época de aislamiento es habitual que nos invadan sentimientos de ansiedad, angustia, incertidumbre, enojo; y muchas veces el motor de gratificación o recompensa que se utiliza para mitigar ese sentimiento, es la comida.

Debemos evitar que esto suceda, porque rara vez se busca la gratificación a través de alimentos saludables como puede ser una fruta, ya que ésta no genera la liberación de dopamina como si lo hace un alimento rico en azúcar, como por ejemplo un chocolate.

Es importante identificar estas sensaciones y canalizarlas o trabajarlas de la manera que corresponde.

Vamos a dar un paso más adelante e diferenciar lo que es el hambre real del hambre emocional.

El HAMBRE REAL surge como una respuesta normal del organismo que nos pide que incorporemos energía para nuestras células. Nace de manera lenta, en el estomago, como un ruidito, a veces como una sensación de vacío en el estomago, otras como una sensación de acidez.

El HAMBRE EMOCIONAL, tiene nombre y apellido. ¨Tengo ganas de comer TAL cosa….¨ es algo especifico, y el 95% de las veces NO saludable (es decir, alto en azúcar, grasas o sal y bajo en fibra). Nace de manera abrupta, ante el aburrimiento, el enojo, ansiedad; y su origen esta situado en el cerebro.
Si estas aburrido, busca algo que te guste hacer y ocupa tu tiempo en eso. Si estas angustiado habla con algún amigo o pedí ayuda profesional si lo necesitas. Si estas ansioso, hace una clase de yoga o stretching. Pero no tapes tus emociones con la comida.

 

Lic. Alejandra Grela
Licenciada en Nutrición
MP 2785

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